La mujer más feliz del mundo
Por Alejandro Camelo
@sr_teoracto
Odia que la retraten pero por compromiso posa incómoda. Sus ojos claros en armonía con sus dientes exponen la sonrisa de una mujer seria y estricta pero siempre abierta y atenta a los jóvenes que, según ella, son los que le enseñan cada día. Por su trayectoria es vista como terrorista, heroína y Castro-Chavista por denunciar la vergonzosa realidad política de un país.
Olga Behar no era como me la pintaba, la imaginaba en escala de grises por el aire intelectual que le adhiero a su recorrido como periodista… ¡pero no!, ella es toda una gama de colores que, por encima de todo, no le permiten vivir rencorosa y amargada con este extraño conjunto de ambigüedades y situaciones increíbles que es Colombia. Siempre está alegre y abierta a este aspirante y admirador a quien amablemente le cuenta un poco de ella.
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¿Dónde Nació Olga Behar?
Yo nací en Palmira, Valle del Cauca, hace un poco más de cincuenta años, la edad no se le pregunta a las mujeres… pero bueno, represento la edad que tengo de todas maneras.
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¿En Dónde estudió?
Estudié en Cali, en el colegio Jorge Isaac; después estudié en Bogotá en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, escogí lo que hoy se llama el énfasis de periodismo, luego hice una maestría en ciencias políticas en la Universidad Javeriana y cursos varios… muchos, muchos, muchos para permanecer actualizada.
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¿Quién era Olga Behar en su infancia?
Era una niña muy feliz, muy consentida por mis abuelos y realmente muy contenta con mi vida. Siempre he sido una persona muy positiva, entonces a cualquier cosa mala le he visto siempre lo bueno, muchas veces digo: Ha sido tan malo que de ahí me queda una experiencia, y el hecho de que haya una experiencia es maravillosamente bueno. Mi infancia transcurrió entre Cali y Palmira, mis abuelos vivían en Palmira y lo fines de semana los pasaba con ellos, y en Cali siempre estaba con mi familia, soy la tercera de cuatro hermanos, una familia muy bonita, muy unidos, con muchos primos y tíos alrededor… muy familiar.
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¿Qué es lo que más recuerda de esos días de infancia?
De Palmira con los abuelos recuerdo una pequeña finca que tenía mi abuelita donde pasábamos días y noches maravillosos, el sabor de estar en el campo, de ver florecer los jazmines a media noche, de sentarme a ver a mi abuela en su máquina de coser, de escuchar historias de la guerra, porque ellos eran refugiados de la segunda guerra mundial de Alemania, escaparon a los nazis porque eran judíos y milagrosamente no fueron asesinados.
De Cali recuerdo el barrio en donde vivíamos, todavía existía esa vida tranquila, pasaban muy pocos carros y entonces prácticamente de esquina a esquina la cuadra se cerraba y ahí jugábamos escondite, lleva, fútbol, bicicleta, patines; y las mamás al atardecer gritaban “¡Olga!, ¡la una!, ¡la otra!, ¡que vengan!, ¡que a comer!, que ya va a llegar su papá”, en esa época era cosa seria cuando llegaba el papá, había que estar ahí listo para recibirlo… muy linda esa infancia y esa adolescencia.
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Me enteré que su abuela era clarividente ¿Cómo fue vivir la infancia con ella?
Cuando nosotros éramos niños no lo percibíamos así radicalmente, veíamos que era una persona muy intuitiva que siempre nos decía “esto es mejor que no lo hagas”, “mejor haz esto así”; ya más maduros sí, porque ella nos hacía la carta astral cada cinco, diez años para ver cómo iba encaminado el futuro, entonces ya disfrutábamos esos momentos en que ella nos decía “mira, entonces aquí viene, la luna está en Sagitario, significa que tú que eres Géminis te va a pasar tal cosa”, de pronto me llamaba por teléfono y me decía:
- Mira, hoy no te pongas ninguna joya.
- ¿Por qué, abuela?
– No sé, que tal que te roben…
Y uno tenía por allá escondida una cadena debajo de la bufanda y la gabardina, entonces el ladrón la veía y ¡Puumm!, se la llevaba, y uno por la noche:
- ¿Pero usted cómo es posible?
– Viste, te robaron, ¿No te hicieron nada?
Eran cositas de esas, como que ella nos enseñó a intuir el peligro y a saber cómo responder con responsabilidad.
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¿Quién es Olga Behar lejos de las personas del común?
Yo soy la mamá de los pollitos, mis hijos siempre han tenido una mamá muy cercana y afectuosa, muy moderna, para mí nada es malo, nada es terrible, nada es escandaloso, todo lo asumo como debe ser y con mucho diálogo, con mucha comunicación y con mucha entereza cuando ha habido momentos de dificultades.
Hay un dilema que siempre dicen que qué deben ser los padres, ¿amigos o padres? Yo creo que el padre o la madre deben de ser de los mejores amigos, pero siempre marcando territorio, que los hijos sepan que deben de respetarlos, de admirarlos, sentir que pueden aprender mucho de ellos; y me enorgullezco de decir que lo logré, porque ya mis hijos están creciditos, hechos y derechos y sí siento en ellos una retribución muy grande por esos años.
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¿A alguno de sus hijos le picó el bicho del periodismo?
Para nada, mi hija es politóloga y está terminando su maestría y mi hijo es músico y va a estudiar ingeniería de sonido. Nada que ver aunque mi hija dice que para salir de apuros el periodismo es facilísimo, de hecho ella ha hecho cosas de corresponsalía, de producción, de edición, de escritura y guiones porque creció conmigo, tal vez no estudió eso en las aulas universitarias pero siempre desde muy chiquita supo cómo se hacía el periodismo, y a veces cuando está varada por ahí, se busca alguna cosa de periodismo y lo hace muy bien, pero no es lo que ella quiere en su vida.
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¿Cómo es un día perfecto?
¡Mi día es horrible!, pero para mí todos los días son perfectos… aunque pase algo malo, aunque pase algo terrible, aunque me sienta enferma, aunque esté aburrida. Yo tengo el trabajo más delicioso del mundo, entonces no todos los días pueden ser felices pero los días son perfectos en medio de la imperfección.
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¿Qué es lo que más le disgusta?
La impuntualidad, eso a mí me ofusca porque yo tengo el día muy medido, yo digo que mi día debería de tener 36 horas y no 24 porque hago muchas cosas y quisiera hacer muchas otras más, entonces si yo tengo que esperar media hora, una hora, hora y media a que alguien aparezca, me da mucha rabia porque la perdí para irme a ver una buena película; tampoco crea que siempre estoy en función del trabajo y de la escritura; o perdí esa hora y media para irme a tomar un café con unos amigos. Me ofusca la impuntualidad, me mata.
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Y hablando de películas ¿Cuáles son las películas que más le gustan?
Yo en eso soy muy mañé. En primer lugar lo que más me gusta son las comedias románticas, Julia Roberth y ese tipo de cosas, eso me fascina, para mí el cine es sentarme a disfrutar algo, luego me gustan mucho las películas con un contenido como histórico, por ejemplo las películas de Woody Allen, buena regulares o malas me las veo todas y además me gustan por ejemplo esas películas en donde uno hace turismo sin tener que pagar el pasaje, como esas últimas películas de Woody Allen que una es en Roma y otra es en Paris y otra es en Nueva York, ¡Ay, qué rico! Me veo todo eso sin tener que pagar el tiquete y sin tener que sufrir los rigores del turismo.
Las películas históricas me gustan mucho, no películas de guerra, pero sí películas históricas, por ejemplo “operación Valquiria” que es una película que está situada en la segunda guerra mundial, pero una película fantástica porque ¡Matan a Hitler!, es un final feliz aunque uno sabe que el final no fue así, entonces como que es chévere tener la oportunidad de vivir la historia a través del cine y de pronto cambiar la historia sabiendo que no fue así, y bueno obviamente dentro del cine no solamente me gusta disfrutarlo sino que lo realizo mediante el documental cinematográfico y de televisión.
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¿Cuál es su mayor miedo?
Las cucarachas.
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¿Por qué?
¡Uy! Yo no sé si es miedo o es asco, me dan una impresión tan horrible que grito, me subo encima de una silla ¡Maten eso!
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¿Y los aviones?
Lo de los aviones lo he ido moderando, si no se mueve mucho ya funciono bien, pero si llega a haber un bajonazo de esos entro en pánico, pero lo manejo, no me pongo a gritar como la loca pero lo vivo muy feo.
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¿Cuál es libro y autor favorito?
Sabes que… no puedo reducir tanto el mundo, tengo muchos autores favoritos dependiendo qué es lo que vislumbro, entonces por ejemplo en libros yo no podría decir… me acuerdo mucho que había una periodista que decía cuando entrevistaba a diferentes personas sobre todo en las ferias como ‘Hay festival’ y todo eso “¿Cuál libro se llevarían el día del diluvio?” no sé, de pronto me llevaría la biblia, porque es un libro como muy integral, mucho de todo, muy bien escrito además y tiene todos los sentimientos y todas la irrealidades; pero depende del momento y depende de la situación, y también si me preguntas dentro de los colombianos jóvenes, de los tradicionales, autor extranjero, escritora, osea, muy difícil.
¡Música! ¿¡Me preguntaron música!?
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No, ¡pero cuéntenos!
Mi música favorita de lejos, lejos, lejos es la salsa clásica, y me gusta también el vallenato clásico, dentro de lo clásico me gusta el metal sinfónico, ¿si? Me gusta esa hechura, esa confección reflexiva y creativa, artística; No los vallenatos de hoy en día, eso me parece una porquería, y tampoco me gusta dentro de los… no sé si se le llamaría clásicos, repudio mucho todo lo que venga de Diomedes Díaz, ¡Apago inmediatamente o me alejo a kilómetros!, no puedo dejar de ver al criminal, no puedo zafarme de eso.
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¿Y música en inglés?
No oigo mucha música en inglés, mis hijos la oyen y la disfruto, pues uno podría decirlo cliché como las reinas de belleza: -¿Cuál es su autor favorito?, García Márquez; -¿Tu personaje favorito?, Sor Teresa de Calcuta. Entonces mi música favorita en inglés los Beatles, pero… ¡No! Los Rolling Stone y Led Zeppelin chévere, pero dentro de lo moderno también hay cositas chéveres.
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¿En qué momento de la vida surgió el amor por el periodismo?
En mí no surgió, el periodismo se enamoró de mí… yo quería hacer cine, esa era la vida mía y de pronto el periodismo me atropelló y cuando me di cuenta ahí estaba metida, entonces ahí fue un amor medio obligado que disfruto mucho obviamente, pero como que se me desvió la ruta por culpa de mi papá que no quería mandar a su hijita a Canadá a estudiar Cine, siendo tan joven en los años 70’s.
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¿Tiene rituales?
Lo único que no puedo es escribir en silencio, mi ritual es cualquier ruido, así sea abrir la ventana… música, ruido de gente caminando. Yo me crié en una sala de redacción en Todelar y aprendí a escribir en medio de veinte personas hablando, radios prendidas, televisión, el ruido de los teletipos (1) que eran ¡Ta! ¡Ta! ¡Ta! ¡Ta! Así todo el tiempo… les estoy hablando de historia patria (…) entonces es que no puedo con el silencio para escribir.
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¿Tiene alguna adicción?
No, ninguna, nada en mí es… Esa ley que dice “si no hay tal cosa no puedo hacer tal otra” ¡Nada!, me adapto a todo.
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¿Cuál es su mayor fortaleza y su mayor debilidad?
Mi mayor fortaleza es el sentimentalismo y mi mayor debilidad es el sentimentalismo
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¿Qué la inspira?
¿Qué me inspira? Pues me inspira este país ¡No entiendo por qué!, me inspira la gente de este país, me inspira ver cómo se ejerce el poder en este país.
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¿Es vanidosa?
¡Uy no! Odio verme al espejo, odio verme en televisión, odio verme en las fotos… no, para nada, todavía no me he hecho las cirugías que tengo que hacerme ya.
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¿A Olga en qué le gusta perder el tiempo?
Para mí no es perder el tiempo… me gusta salir, ver gente, conversar, ir al cine por lo menos una vez por semana, me gusta una cosa chévere que es hacer asesorías históricas para series de televisión, eso me encanta, y me gusta ver las series que haya hecho o no la asesoría histórica, entonces yo me siento en una serie de época, me siento a ver Helenita, el doctor Mata, y no me siento con el ánimo crítico de ¡Ay mire, lo que la embarraron! Si no a disfrutar el vestuario, el lenguaje de la época, la manera cómo lograron involucrar los escenarios históricos… Eso para mí es un gran Hobbie.
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¿Ha tenido un encuentro con los Uribe diferente a los Juicios en los que han estado?
No y ni los quiero volver a tener; un día tuve un susto así feo, se celebraban los sesenta años de Todelar y llegué porque me había invitado y vi eso lleno de escoltas y carros blindados y toda una parafernalia tenaz, en Bogotá, entonces me acerqué y le pregunté al vigilante
-¿Está aquí el doctor Álvaro Uribe? Para salir corriendo ¿no?
Y me contestó:
-No, es el Vicepresidente Garzón
Y dije:
-¡A bueno, listo!
Y ahí mismo entré, pero no, no quiero ver la cara de esos señores.
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Usted decía que es una persona muy positiva, entonces me gustaría saber ¿Qué bueno encontró en los cinco años de exilio en México?
¡Uy, de todo! Encontré conocer un país nuevo, diferente, la gente, la gastronomía, la forma de hacer periodismo, el amor, mi hija… Todo bueno, Cuando volví a Colombia un periodista me preguntó “¿Qué es lo más duro del exilio?” y yo le contesté: ”Regresarse”
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De su libro “A bordo de mí misma” ¿Cuál fue la crónica que más la marcó en el desarrollo de esas entrevistas?
Vuelvo a lo mismo, yo creo que cada entrevista, cada encuentro, cada relación tiene su momento, entonces todas me marcaron, yo escogí veinte momentos de mi vida, es como si le preguntas a tu mamá cual de sus hijos le importa más, cual es el preferido y tu mamá te va a decir “¡váyase para el diablo!, de dónde va a creer usted que uno me marcó más que el otro”, esas son las vivencias de uno.
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Y para terminar, siendo utópica ¿Cómo sueña a Colombia en diez años?
Siendo realista… en paz.
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Nunca habló de lo dura que ha sido su vida, de las veces en que se sintió mal, de cómo fue haber tenido que hacer unas cuantas llamadas de despedida sin retorno próximo, de tener que huir por haber hecho todo bien, de comprar un tiquete aéreo mientras los criminales se quedaban en casa y ella huía a un exilio… Nunca habló de los miedos de cualquier ser humano ante la vulnerabilidad de denunciar y estar en contra de la maquinaria del poder, que con un simple movimiento pudiera acabar con su tranquilidad y la de su familia. Siempre se mostró feliz con la vida, y a menos de que haya fingido, ella es la Mujer más feliz del mundo.
(1): Teletipo: Sistema de transmisión de textos, vía telegráfica, a través de un teclado que permite la emisión, recepción e impresión del mensaje: